19-06-2018

Slots: los tiempos de la danza aérea

Las franjas horarias consiguen la máxima capacidad, seguridad y ecología

Seguro que hemos oído alguna vez que el avión retrasa su salida porque hemos perdido nuestro slot o estamos pendientes de asignación de slots. Detrás de ese concepto que podríamos denominar “intervalo horario operativo” hay décadas de perfeccionamiento de la gestión eficiente del tránsito aéreo. Merece la pena: al esperar en tierra ahorramos combustible y protegemos el planeta.

Tipos de Slots

Los slots aeroportuarios son franjas horarias con permiso para operar que los aeropuertos de nivel 3, con más volumen de tráfico, les conceden a las compañías aéreas siguiendo las normas de coordinación mundial de aeropuertos. Las aerolíneas a veces tienen ciertos derechos adquiridos o slots históricos pero tienen que justificar un alto volumen de tráfico para mantenerlos –y a veces efectúan “vuelos fantasma”, vacíos, para lograrlo, concepto que quizá podría revisar la Dirección general de Competencia de la Comisión Europea –. Estos slots aeroportuarios son necesarios por ejemplo en Heathrow (Londres), el aeropuerto con la pista más ocupada de Europa, o en pequeños entornos insulares en los que no hay suficiente aparcamiento, como en las islas griegas. Suelen ser síntoma de falta de capacidad y la solución ideal sería la ampliación del aeropuerto, aunque también pueden deberse a limitaciones impuestas por los gobiernos como instrumento de ingresos y/o poder, como ocurre en el espacio aéreo siberiano; pero son previsibles y por tanto no ocasionan retrasos. Los que están sujetos a condiciones cambiantes mayoritariamente inevitables son los slots aeronáuticos, que en el espacio aéreo Europeo asigna EUROCONTROL.

Los slots aeronáuticos

Hay un avión despegando desde o entrando en el espacio aéreo europeo cada 3 segundos. Ante un tráfico tan intenso, la Unión Europea cuenta con un gestor de red que trabaja con los proveedores de navegación aérea de cada país e identifica con antelación las restricciones que se van a producir, evitando retrasos. Aún así este espacio se satura en ocasiones, como en temporada alta vacacional o durante grandes eventos que demandan más vuelos. Para evitar una carga de trabajo excesiva sobre los controladores aéreos y garantizar la seguridad, en estos casos se subdivide el espacio que tienen asignado habitualmente y se le da a más controladores. Pero hay un límite en las subdivisiones que se pueden realizar para no estar constantemente transfiriendo el control de mano en mano, cuyas necesarias comprobaciones ralentizan el flujo aéreo. Múltiples factores pueden contribuir a crear esperas: una pista cerrada por obras de mantenimiento o por estar siendo reorientada para estar bien alineada con los polos magnéticos de la Tierra, que van cambiando; condiciones meteorológicas adversas que reducen la visibilidad y ralentizan las operaciones (niebla, nieve); reservas del espacio aéreo por parte de autoridades militares para sus ensayos operacionales o exhibiciones aéreas; eventos deportivos; y ocasionalmente, reorganizaciones del espacio aéreo o nuevos sistemas siendo implementados en algún punto, etc.

Para gestionar el tráfico entrante en un espacio congestionado, el aeropuerto de destino pone a los aviones que llegan a esperar haciendo círculos ovalados en el aire, evitando así que se crucen con otras aeronaves. Pero este recurso no es deseable, ya que consume combustible con las consiguientes emisiones. Para evitarlo, en los casos de factores cambiantes pero relativamente previsibles, como es el tiempo atmosférico, se hace esperar en el aeropuerto de salida a quienes teníamos un slot asignado que se ha ido ocupando paulatinamente por otras aeronaves que esperaron a tener más visibilidad para despegar o se desviaron para evitar atravesar nubes de tormenta, por ejemplo (otro día podemos ser nosotros quienes lo necesitemos y lo hagamos). Una alternativa sería cambiar de ruta y usar aerovías menos congestionadas, para lo cual el gestor de red proporciona asistencia, pero hacerlo también requiere tiempo de planificación.

¿Cómo se decide quién espera cuando hay congestión?
Los algoritmos matemáticos determinan qué aeronaves es más eficiente que lleguen primero. Hay que tener en cuenta que un avión Airbus 380, por ejemplo, genera tras de sí una estela turbulenta superheavy muy fuerte, por lo que hay que dejar espacio entre el paso de ese avión y el que va detrás, al que podría desviar si estuviera demasiado cerca. Así, se agrupan las llegadas en función no exactamente del tamaño de la aeronave, sino de la estela de turbulencia que generan, aunque suele coincidir.

Son parte de la 'danza aérea'
La aviación es una coreografía mundial fascinante y como en la danza, uno de sus miembros puede adelantarse al resto, no solo retrasarse. No todos sus actores tienen exactamente las mismas capacidades, aunque se trabaja para conseguirlo. Existen planes de implementar trayectorias 4D (SESAR) que resuelvan conflictos automáticamente, cambiando el papel de los controladores al de monitorización más que al de emisión de instrucciones y aumentando la eficiencia y la capacidad, eliminando el concepto de slot. Mientras tanto, disfrute de la espera entre bambalinas pensando en el combustible que le ahorra al planeta. ¡Pronto saldrá a escena!